jueves, 25 de octubre de 2012

EL REALISMO


En las últimas décadas del siglo XIX se advierte en Hispanoamérica gran rapidez en la asimilación y aclimatación de las modas y costumbres europeas. Se sigue casi al día el teatro, la novela y la poesía de: Francia, España, Inglaterra, Alemania e Italia; se remedan y copian todos esos géneros impregnándoles un sello propio.
El realismo surge después de la revolución francesa de 1848.
Manifiesta una reacción contra el idealismo romántico y expresa el gusto por la democracia, mas contrariamente a lo que su inclinación social sugiere, no produce un estilo arquitectónico propio y se expresa escasamente en una escultura crítica o social.
Hacia las décadas centrales del siglo XIX el Romanticismo irá cediendo paso al Realismo. Al cambio contribuyen varios fenómenos:
  • En las conciencias se cierne el peso y las terribles consecuencias de la Revolución Industrial:
  • Trabajo de niños y mujeres
  • Horarios excesivos.
  • Condiciones de vida penosas.
  • Viviendas insalubres.
  • Los fracasos revolucionarios del 1848 se dejan sentir.
  • Se abole todo atisbo de idealismo.
  • Abunda la temática social.
  • Se tiende a representar al hombre en sus quehaceres cotidianos.
  • El tema de la fatiga se convierte en tema principal.
La técnica narrativa suele ser la misma que la europea: Observación realista, minuciosidad descriptiva, cierto prurito seudo filosófico, notoria predilección por los bajos fondos sociales y la incorporación de una problemática americana aspirando a crear obra propia; aunque no siempre lo consiguen. Los novelistas americanos lo describen y narra todo, en vez de describir y narrar lo mejor.
Las causas de esa asimilación inmediata pueden ser varias: Una de tipo económico-social; otras de carácter literario.
Entre las primeras la estabilidad de los gobiernos, superada la anarquía de los primeros tiempos de la independencia; la eliminación de las formas de caudillaje; la normalización de relaciones diplomáticas con los estados europeos; La prosperidad
Económica; el auge del capitalismo; el alumbramiento de nuevas fuentes de riquezas; la corriente inmigratoria.
Entre las causas de carácter cultural: en anhelo de imitar a los pueblos que consideran más aventajados, (Francia & España); el deseo de ver y asimilar las viejas formas de la civilización invade a todos; empeño en investigar a sus hombres de letras con altos cargos diplomáticos, primeros y mejores intérpretes de las nuevas doctrinas.
Los fenómenos sociales que explican la aparición de Realismo en Europa son los mismos para Hispanoamérica con sus variantes: A la industrialización creciente en Europa; al arribismo político y social; a la lucha de clases con los eternos conflictos entre capital y trabajo; el proceso de corrupción moral y a los problemas de toda índole, religioso, económico, moral característicos de la novela europea.
Los propios problemas americanos entre ellos se pueden destacar: La lucha del electo autóctono con el inmigrante o con el explotador extranjero; diferencias raciales; mestizaje; esclavitud; indianismo; masa negra; choque del hombre con la naturaleza, la que generalmente vence; problemas de suburbios en las grandes ciudades; períodos anárquicos.
El escritor realista le interesa narrar, descubrir, presentar. Podríamos decir que el novelista argentino, dominicano, mexicano, chileno o colombiano no pierde de vista su país y su época, la técnica es europea; el tema y la ambientación autóctonos. Podríamos decir que el naturalismo es una intensificación del Realismo, difieren en los aspectos étnicos, estilísticos y hasta temáticos que se observan en el naturalismo; el narrador naturalista le interesa ante todo demostrar.
En cuanto al Arte y Literatura, supone el intento por describir el comportamiento humano y su entorno, o por representar figuras y objetos tal y como actúan o aparecen en la vida cotidiana. Esta tendencia ha existido periódicamente a través de la historia en todas las artes; sin embargo, el término se restringe habitualmente al movimiento que comenzó a mediados del siglo XIX como reacción frente al romanticismo. La diferencia entre el realismo y el naturalismo es más difícil de definir, a pesar de que los dos términos son a menudo usados indistintamente. La diferencia estriba en el hecho de que el realismo se ocupa directamente de aquellas cosas que son aprehendidas por los sentidos mientras que el naturalismo, un término más bien aplicado a la literatura, intenta aplicar teorías científicas al arte.
  • Arte.
En arte, aunque nunca se desarrolló una escuela realista como tal, el concepto sí se ha manifestado de diferentes maneras y en distintas ocasiones. El término realista, utilizado para describir una obra de arte, a menudo, significa simplemente objetos y figuras feas en oposición a aquellas que se consideran bellas. Con frecuencia se usa para describir escenas humildes de la vida. Este término implica una labor de crítica a las condiciones sociales, sin rehuir en ningún momento lo desagradable. Algunos de los trabajos de artistas franceses como Gustave Courbet (por ejemplo, Los picapedreros, 1850), Honoré Daumier y Jean-François Millet han sido catalogados como realistas sociales.
La pintura realista de Estados Unidos incluye la obra de William Sydney Mounts, muy alejada del estilo romántico de sus contemporáneos agrupados en la Escuela del río Hudson, los retratos del pintor Thomas Eakins así como los trabajos colectivos conocidos como la Ash-can School o de los Ocho, quienes a comienzos del siglo XX intentaron pintar escenas de la vida urbana tal y como eran (véase Arte y arquitectura de Estados Unidos). En España Eduardo Rosales destacó por su pintura histórica y Martí Alsina es el gran representante del naturalismo pictórico. Posteriormente destacarían otros grandes pintores realistas como Zuloaga y el polifacético Alfonso Rodríguez Castelao. Ya en el siglo XX destaca Antonio López y la Escuela de Madrid con su realismo mágico exacerbado.
  • Literatura.
La literatura realista se define particularmente como la ficción producida en Europa y en Estados Unidos desde 1840 hasta la década de 1890, cuando el realismo fue desbancado por el naturalismo. Esta modalidad de realismo comenzó en Francia con las novelas de Gustave Flaubert así como con los relatos cortos de Guy de Maupassant, en los que reaccionan contra el lirismo y la idealización románticos. En Rusia, estuvo representado en las obras de teatro y en los relatos cortos de Antón Chéjov. La novelista George Eliot introdujo en la ficción inglesa el realismo; como declaró en Adam Bede (1859), su propósito era “dar una fiel representación de las cosas vulgares”. Destacados literatos españoles realistas fueron Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas, y en Hispanoamérica Federico Gamboa, Cambacérès y el uruguayo Eduardo Acevedo (véase Realismo mágico). Mark Twain y William Dean Howells fueron los pioneros del realismo en Estados Unidos. Uno de los más grandes autores, el estadounidense Henry James, extrajo mucha más inspiración de sus mentores Eliot y Howell. La preocupación de James por las motivaciones de los personajes y de sus comportamientos le condujeron al desarrollo de un subgénero: la novela psicológica. En general, el trabajo de estos escritores ilustra la esencia del realismo, según la cual los autores no deben seleccionar hechos de acuerdo con unas ideas estéticas o éticas preconcebidas, sino que sus ideas deben estar basadas en observaciones imparciales y objetivas. Preocupados por la representación real de la vida, sin ocuparse por la forma, los realistas intentaron restar importancia a la argumentación en favor de la representación de los caracteres referidos a la clase media y a sus preocupaciones y asuntos más palpitantes.
  • Realismo Màgico.
El término Realismo Mágico no es originario de la literatura, y fue acuñado hacia 1925 por el crítico alemán Franz Roh, quien lo utilizó para describir a un grupo de pintores post-expresionistas.
Posteriormente, en el ámbito de las artes plásticas, fue reemplazado por el término "nueva objetividad", pero fue tomado por la literatura para definir una nueva tendencia narrativa hispanoamericana entre 1950 y 1970.

El realismo mágico se puede definir como la preocupación estilística y el interés en mostrar lo común y cotidiano como algo irreal o extraño, en palabras de Luis Leal, "El tiempo existe en una especie de fluidez intemporal, y lo irreal acaece como parte de la realidad". El escritor se enfrenta a la realidad y trata de desentrañarla, de descubrir lo que hay de misterioso en las cosas cotidianas, la vida y las acciones humanas.

Posiblemente estos parámetros diferentes para medir la realidad impactaron a Benito Mussolini cuando conquistó Etiopía, en 1933, y lo llevaron a imponer esta caracterización en los productos estéticos del fascismo, utilizando el exótico apelativo de "realismo mágico".

El realismo mágico no es una expresión literaria mágica, su finalidad no es la suscitar emociones sino más bien expresarlas, y es por sobre todas las cosas, una actitud frente a la realidad. La estrategia del escritor pasa por sugerir un clima sobrenatural sin apartarse de la naturaleza, deformando para ello la percepción de las cosas, los personajes y los acontecimientos reconocibles de la trama de su trabajo.

Para esta finalidad, el escritor se abstiene de emitir juicios lógicos, no destaca las ambigüedades ni se detiene en análisis psicológicos de sus personajes, que, además, jamás se desconciertan frente a los eventos sobrenaturales que viven. En contraposición a las definiciones clásicas de lo que es la literatura fantástica (léase Todorov), el realismo mágico expresa una alteración milagrosa de la realidad, en la que se evita inducir cualquier efecto de sobrecogimiento o terror frente a los hechos sobrenaturales que se describen.

Origen
El realismo mágico tiene sus raíces en la cultura latinoamericana, a partir de las interpretaciones de los europeos en la etapa de la colonización del nuevo continente.
Las crónicas de esa época son ricas en el relato y descripción de cosas absolutamente maravillosas, producto de la extrañeza que provocaba en los exploradores, las cosas que veían en sus viajes.

Es a partir de esta tradición de la interpretación de la realidad del nuevo continente a través de ojos europeos que se creó una visión sobrenatural de la realidad latinoamericana. Prodigios que iban desde animales fantásticos hasta ciudades ocultas, pasando por fuentes de la eterna juventud y árboles cuyos frutos eran capaces de proveer todo lo que los hombres necesitaban para su subsistencia. La aparición de un grupo de escritores latinoamericanos contemporáneos entre sí, que cuestionaban esta visión, dio base a lo que posteriormente se conoció como realismo mágico.

Durante las décadas del '20 y del '30, muchos escritores y artistas latinoamericanos viajaron a Europa para incorporarse al surrealismo, buscando los aspectos sobrenaturales necesarios para crear una realidad basada en los sueños y el subconsciente.

A su regreso a Latinoamérica, percibieron que no era necesario buscar esa realidad extraña en el viejo continente, que de hecho se encontraba en sus propias culturas y países. Uno de los primeros escritores que transitó estos temas, fueAlejo Carpentier. Tanto él como su compatriota Lydia Cabrera, fueron quienes ayudaron a iniciar el reconocimiento mundial de los escritores latinoamericanos. A pesar de encontrarse ambos en París hacia la misma época, los planteos teóricos de Carpentier, que en parte escaparon a su propia aplicación, fueron
  • Principales autores del Realismo.
  • En prosa Ss. (XVII-XIX).
Autores Obras
Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764)
Teatro crítico universal (1726 y 1740)
Cartas eruditas y curiosas (1742-1760)
José Cadalso (1741-1782)
Cartas marruecas (1788-1789)
Noches lúgubres (1789-1790)
Gaspar Melchor de Jovellanos
(1744-1811)
Informe sobre el fomento de la marina mercante (1784)
Informe sobre el libre ejercicio de las artes (1785)
Informe sobre el expediente de la ley agraria (1794)
Francisco Martínez de la Rosa
(1787-1862)
Doña Isabel de Solís (1837)
Cecilia Böhl de Faber (1796-1877)
La gaviota (1849)
Lágrimas (1850)
Lucas García (1852)
El Alcázar de Sevilla (1862)
La corruptora (1868)
José de Espronceda (1808-1842)
Sancho Saldaña (1834)
La pata de palo (1835)
Mariano José de Larra (1809-1837)
El doncel de Don Enrique el Doliente (1834)
Artículos de costumbres
Gertrudis Gómez de Avellaneda
(1814-1873)
Sab (1841)
Guatimozín, último emperador de México (1846)
El cacique de Turmequé (1860)
Juan Valera (1824-1905)
Pepita Jiménez (1873)
Las ilusiones del doctor Faustino (1875)
Doña Luz (1879)
Juanita la larga (1895)
Pedro Antonio de Alarcón
(1833-1891)
Diario de un testigo de la guerra de África (1859)
El sombrero de tres picos (1874)
El escándalo (1875)
José María de Pereda (1833-1906)
Escenas montañesas (1864)
Don Gonzalo González de la Gonzalera (1879)
El sabor de la tierruca (1882)
Sotileza (1885)
Peñas arriba (1895)
Pachín González (1896)
Gustavo Adolfo Bécquer
(1836-1870)
Leyendas (1861 y 1863)
Benito Pérez Galdós (1843-1920)
Episodios nacionales (1873-1879 y 1898-1912)
Doña Perfecta (1876)
Gloria (1877)
La familia de León Roch (1878)
La desheredada (1881)
El amigo Manso (1883)
Tormento (1884)
Fortunata y Jacinta (1886-1887)
Miau (1888)
Torquemada en la hoguera (1889)
Tristana (1892)
Nazarín (1895)
Misericordia (1897)
Leopoldo Alas y Ureña (1852-1901)
La regenta (1884-1885)
Su único hijo (1890)
Emilia Pardo Bazán (1852-1921)
La tribuna (1883)
Los pazos de Ulloa (1886)
La madre naturaleza (1887)
Insolación (1899)
Morriña (1899)
La quimera (1905)
La sirena negra (1908)
  • En poesìa Ss. (XVII-XIX).
Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780)
La Diana o el arte de la caza (1765)
Las naves de Cortés destruidas (1765)
José Cadalso (1741-1782)
Ocios de juventud (1773)
Félix María Samaniego (1745-1801)
Fábulas morales (1781)
Tomás de Iriarte (1750-1791)
Fábulas literarias (1782)
Juan Meléndez Valdés (1754-1817)
Poesías (1808)
Ángel Saavedra, duque de Rivas
(1791-1865)
Poesías (1814)
Juan Eugenio Hartzenbusch
(1806-1880)
Fábulas (1848)
José de Espronceda (1808-1842)
Poesías de Don José de Espronceda (1840)
El estudiante de Salamanca (1840)
El diablo mundo (1840)
José Zorrilla (1817-1893)
Poesías (1837)
Cantos del trovador (1840-1841)
Recuerdos y fantasías (1844)
La azucena silvestre (1845)
El cantar del romero (1886)
Gustavo Adolfo Bécquer
(1836-1870)
Rimas (1867)
  • A continuación, un esquema sobre el Realismo:
El Realismo

5. La religión de los románticos


Las posturas románticas acerca de la religión son variadas. No obstante, en general la creencia no la fundan los románticos en ninguna norma establecida, en ninguna moral instituida, sino en un sentimiento interior y en una intuición esencial de lo divino que conduce a una unión mística con Dios.
Lo que hay de esencialmente nuevo en la religión de los románticos, sobre todo en Alemania, es este sentimiento interior. El intercambio o comunicación entre el individuo y el universo denota una vida superior, y la primera condición de la vida moral. La conciencia de pertenecer a un todo, de formar parte de él desde la propia individualidad, conlleva una responsabilidad moral.
Para todos los románticos no existe Dios fuera del mundo y del hombre, y debemos actuar motivados por el entusiasmo y el amor ("sintiéndose lleno de Dios", F. Schlegel), una comunicación directa entre el hombre y la naturaleza, el hombre y Dios, el Uno y el Todo.




6. Nacionalismo romántico y Literatura

La reivindicación del espíritu nacional (Volkgeist), la manifestación de ese espíritu en las creaciones del pueblo y en los grandes poetas y la oposición al clasicismo francés favoreció el cultivo de literaturas nacionales modernas o románticas.
El Romanticismo en literatura significa libertad, en la elección de la forma y en la elección del contenido. Se trata de una literatura revolucionaria por cuanto supone la liquidación de la norma clásica y la enemiga de los neoclasicistas. En Francia se dio la más cruenta batalla entre clásicos y románticos.
El drama nuevo exige una libertad que sólo se había alcanzado en la obra de Shakespeare, y en casi todos los países europeos es producto entre otros factores de un desarrollo del espíritu nacional y nacionalista que propugna la necesidad de suprimir la influencia extranjera y la importación delprograma clásico procedente de Francia, y de crear una literatura nacional. De ahí que los temas históricos y nacionales desempeñen en este nuevo drama un papel de suma importancia, en la medida que se reivindica la propia identidad.
La nueva novela se convierte en un medio de describir sensaciones y pasiones, y se crea la novela histórica, cuyo maestro fue Walter Scott. El protagonista frecuentemente es el doble del autor, el cual penetra en su interior y describe sus sentimientos, al igual que recrea lo maravilloso, lo exótico o la aventura. Werther, de Goethe, fue para los románticos el modelo bajo la forma una novela-diario que penetra en la interioridad del personaje, comunica sus sentimientos, y los hace universales.

4. Temas románticos


Egocentrismo: El alma del hombre es su enemigo interior, identificable con una obsesión incurable por lo imposible, que priva del goce de la vida alindividuo y hace que ésta le sea adversa. El alma romántica no es dada desde fuera al individuo, sino que éste la crea cuando tiene conciencia de sus sentimientos. Convierte al individuo en singular y universal, de modo que el Universo sólo es posible concebirlo partiendo del conocimiento de sí mismo, pues el hombre es la imagen del Macrocosmos. Este egocentrismo en gran parte remite a Fichte: el Yo es la única realidad existente, pues "no hay más objetos que aquellos de los cuales tienes conciencia. Tú mismo eres tu propio objeto". Por tanto sólo el Yo es real, es el absoluto, y la poesía permite hacer sensible y comunicativa esta experiencia en tanto que es representación del alma y representación del mundo interior en su totalidad. El poeta es alma y universo. Este egocentrismo romántico tiene sus raíces en la filosofía kantiana y en el idealismo trascendental. Kant llevó el centro de gravedad de la filosofía hacia el interior del propio hombre y valoró el sentimiento para el acto del conocer. Y Schelling, con su filosofía de la naturaleza dio salida a la circularidad destructora de Fichte, pues el mundo entero se le acababa convirtiendo en un espejo que eternamente le presentaba al yo su propia soledad.
Schelling liberaba al hombre de encontrarse a sí mismo y sólo a sí mismo en todas partes. Admite la existencia de un mundo exterior opuesto al mundo interior (Yo). La intuición realiza la síntesis entre el Uno ("yo") y el Todo (la naturaleza). El Yo, el Uno se acerca a ese mundo externo para dialogar con él, coexistir con él y reconciliarse con él. El sujeto cree en una visión de algo que está más allá de la cosa, que puede percibir gracias a una intuición esencial en un ámbito de libertad.
La Libertad: El reino de la libertad absoluta es el ideal romántico, el principio de toda ética romántica: libertad formal en el arte, entendida como necesidad del individuo para explorarse y explorar el mundo exterior, y para lograr la comunicación del Uno con el Todo, en una marcha progresiva hacia el infinito. El romántico se concibe como un ser libre, el cual se manifiesta como un querer ser y un buscador de la verdad. No puede aceptar leyes a ninguna autoridad. Muchos románticos heredaron la crisis de la conciencia europea que la Ilustración provocó al cuestionar, en nombre de la razón, los dogmas religiosos.
El amor y la muerte: El romántico asocia amor y muerte, como ocurre en el Werther de Goethe. El amor atrae al romántico como vía de conocimiento, como sentimiento puro, fe en la vida y cima del arte y la belleza. Pero el amor acrecienta su sed de infinito. En el objeto del amor proyecta una dimensión más de esta fusión del Uno y el Todo, que es su principal objetivo. Pero no alcanzará la armonía en el amor. El romántico ama el amor por el amor mismo, y éste le precipita a la muerte y se la hace desear, descubriendo en ella un principio de vida, y la posibilidad de convertir la muerte en vida: la muerte de amor es vida, y la vida sin amor es muerte. En el amor se encarna toda la rebeldía romántica: "Todas las pasiones terminan en tragedia, todo lo que es limitado termina muriendo, toda poesía tiene algo de trágico" (Novalis).
3. El romanticismo moderno.


"Antes de Dante y Petrarca, el YO yace enquistado bajo la fortaleza de una ontología tiránica pero consoladora; después de Galileo y Shakespeare, transcurrida su gran aventura de autorreconocimiento, su agotadora vitalidad deberá perderse en los distintos caminos del empirismo, delracionalismo y de la restauración de la metafísica tradicional. Entre ambos momentos, el hombre -ya hombre moderno- por primera vez ha alcanzado a ver, con una fecundísima mezcla de fascinación y terror, la verdadera dimensión de su soledad". (Rafael Argullol, La razón romántica)
La Ilustración, heredera del Renacimiento en esto, significó una reordenación del mundo y un impulso al progreso de las ciencias, todo ello necesario para acabar con la metafísica, los prejuicios y la superstición y exponer la relatividad de las costumbres que se acataban como verdades reveladas. La Ilustración cumplió su misión: afirmar al hombre, concediéndole el poder de conquistar la Naturaleza y dominarla en un sueño de progreso hacia la felicidad. Pero los pensadores ilustrados imponen límites al conocimiento: ante la imposibilidad de conocer la cosa en sí, sólo se interesan por el conocimiento de los fenómenos, de la realidad sensible, considerando que aquello que nuestros sentidos no pueden concebir no tiene ninguna utilidad.
El romántico, sin embargo, entiende que en el interior del hombre actúan distintas fuerzas, y que la esencia de lo humano rebasa la esfera de lo inconsciente y de lo racional. El romántico, además de su rebeldía contra el orden del mundo heredado, se opone a la separación entre razón y sentimiento, entre lo real y lo irreal.
Para el romántico la naturaleza no es un objeto, un todo mecánico como quería Descartes, sino un todo orgánico, vivo. El yo romántico rechaza formar parte de la naturaleza como una pieza más de su engranaje, y, por el contrario, hace constar su individualidad, su capacidad creadora y transformadora que extrae de sí mismo, de su interior, y plantea una relación con la naturaleza como una comunicación del Uno al Todo, que a la vez desencadena su aspiración al infinito: "imagínate lo finito bajo la forma de lo infinito y pensarás al hombre" (F. Schlegel).
El romántico transforma el instinto en arte y el inconsciente en saber. Crear significa aproximarse a su verdad, a la última dimensión del ser.
El conflicto del hombre romántico, el "mal del siglo", su crisis religiosa y existencial es consecuencia de su propia singularidad y de la imposibilidad de fundir su Yo con la alteridad, con el Todo; de, siendo finito, desear unirse y transformarse en infinito.
"¿Queréis saber la historia abreviada de casi toda nuestra miseria? Es esta. Existía un hombre natural; se ha introducido dentro de este hombre un hombre artificial; y se ha suscitado en la caverna una guerra civil que dura toda la vida. Tan pronto el hombre natural es el más fuerte, como es derribado por el hombre moral y artificial; y en uno y en otro caso, el triste monstruo es distendido, atenaceado, atormentado, extendido sobre la rueda; gimiente sin cesar, incesantemente desdichado, ya lo transporte y embriague un falso entusiasmo de gloria o lo encorve y abata una falsa ignominia" (Diderot).
2. Romanticismo: Su esencia.


Es difícil definir qué sea el romanticismo. Su carácter revolucionario es incuestionable. Supone una ruptura con una tradición, con un orden anterior y con una jerarquía de valores culturales y sociales, en nombre de una libertad auténtica. Se proyecta en todas las artes y constituye la esencia de la modernidad.
Aunque la unanimidad del movimiento romántico reside en una manera de sentir y de concebir al hombre, la naturaleza y la vida, cada país produce un movimiento romántico particular, distinto; incluso cada romanticismo  desarrolla distintas tendencias. En Francia o en España se suelen distinguir un romanticismo de apariencia católica y nacional de otro más liberal y materialista. En Alemania o Inglaterra se  un primer romanticismo de un segundo movimiento, más maduro y menos teórico.
El Romanticismo significó un cambio de gusto de la época y de las teorías estéticas de la creación. Lo moderno frente a lo neoclásico, simbolizado en lo francés y en la imitación de los modelos antiguos. Lessing ataca el teatro francés clasicista, propone imitar a Shakespeare y crear un drama nacional. Herder defiende la existencia de un espíritu nacional ligado al idioma cuyo desarrollo es la historia de cada país; la manifestación de ese espíritu en las creaciones del pueblo y en los grandes poetas, sobre todo en la Edad Media cristiana. Afirma el nacionalismo y el populismo que Schiller practicaría en su teatro. En Inglaterra revive el interés por la mitología y tradiciones medievales escandinavas o celtas y se cultiva un  sentimiento ante la Naturaleza (Wordsworth y Coleridge). Goethe, en Werther, dibuja el "mal del siglo", y en su Fausto, busca un sueño imposible de inmortalidad.
F. Schlegel, contra la necesidad defendida por los neoclásicos de ajustar la creación a unas  o leyes, sostiene que la poesía crea sus propias normas pues es engendrada por la fuerza original invisible de la humanidad. Sigue a Schiller, que oponía la poesía ingenua y sentimental (moderna) a la poesía objetiva. Esta tenía por objeto la perfección formal, que se conseguía a través de sus limitaciones, mientras la moderna y sentimental subordinaba lo formal al contenido, que era una aspiración al .
Francia había representado la vanguardia del Neoclasicismo, y a pesar de las tempranas manifestaciones que surgen dispersamente en este país y en Inglaterra preludiando el advenimiento del romanticismo, la vanguardia romántica nace en Alemania, bajo el principio kantiano del progreso hacia el infinito de los seres racionales finitos y en las inmediatas manifestaciones nacionalistas alemanas. Herder habla de una nueva literatura, moderna, frente a la clásica francesa. La búsqueda de una identidad nacional se hace coincidir con la necesidad de impulsar una cultura propia.
el romanticismo

El romanticismo es una revolución artística, política, social e ideológica tan importante que todavía hoy viven muchos  sus principios: libertad, individualismo, democracia, nacionalismo, etc.
Entre 1770 y 1800 "Europa se acostó absolutista y neoclásica y se levantó demócrata y romántica". Gracias a la revolución  inglesa (1760-1840), que desarrolla una clase burguesa y sienta las bases del liberalismo; gracias a la revolución francesa (1789), que proclama los principios de libertad, igualdad y fraternidad; gracias igualmente a la revolución americana con su Declaración de Independencia (1776), que hace de los derechos del hombre su  y establece la república como forma de gobierno y al pueblo como   del poder; gracias a todos estos hechos la Libertad reemplaza a la tiranía, el poder absoluto se ve limitado y la democracia se erige  ideal de .
 los clasicistas la  depende, en forma subjetiva, de los objetos (unidad, variedad, regularidad, orden, proporción, etc.), más que de la sensación que producen éstos en quien los contempla. La belleza, en consecuencia, ha de proporcionar un estado de placer sereno, fruto del orden y la proporción, como ocurre con el arte griego. Pero también se tuvo en cuenta en el siglo XVIII junto a lo bello lo sublime, que desde la Antigüedad tenía que ver con la emoción. Dice el griego Longinos:
"lo sublime es lo que nos emociona por su magnitud y energía superior a las  humanas; la Naturaleza, el cosmos, la grandeza y profundidad depensamiento..."
Junto a la belleza  y serena, los neoclásicos también disfrutaron, pues, de la sublimidad, de las emociones fuertes en el , de la Naturaleza majestuosa y sublime, de los motivos fúnebres, macabros o sobrenaturales. Kant lo reflejó muy bien:
"El aspecto de una cadena de montañas cuyos picos nevados se pierden entre las nubes, la descripción de una tormenta o la que hace  del reino infernal, nos producen un placer mezclado con terror. El  de los prados poblados de  y los valles surcados por arroyuelos, y donde pacen los rebaños, nos producen también un sentimiento agradable, pero plenamente gozoso y amable... La noche es sublime, el día es bello. Los que poseen el sentimiento de lo sublime están inclinados hacia los sentimientos elevados de la amistad, la eternidad, el desprecio del mundo, el silencio de las noches de verano tachonadas por la temblorosa luz de las estrellas y la solitaria luna en el horizonte. Lo sublime emociona, lo bello encanta. Lo sublime terrible, cuando se produce fuera de lo natural, se convierte en fantástico."
El Romanticismo arranca de aquel sujeto que la Ilustración reivindica frente al hombre que el cartesianismo deja en manos del  Supremo. La autonomía del sujeto como primer logro del pensamiento ilustrado es fundamental para la  que el hombre romántico tiene de sí mismo y en relación a la Naturaleza.
Diderot y Rousseau rehabilitan la sensibilidad, la pasión y el amor por la naturaleza. No obstante, mientras el pensador ilustrado puede descubrir elvalor de la sensibilidad, no hace de ella el centro de la existencia humana, mientras el romántico concibe para sí y en sí mismo un alma que experimenta intensamente el amor por la naturaleza, que se consume en sus emociones y en sus dolores, y que en el fondo siempre se busca a sí misma en todo lo que hace.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ILUSTRACIÓN


Es la ideología y la cultura elaborada por la burguesía europea en su lucha con el absolutismo y la nobleza. También puede ser definida como la culminación del racionalismo renacentista. Se trata de un fenómeno iniciado en Francia, que se va extendiendo por toda Europa a lo largo del siglo XVII. La Ilustración es la postura crítica que adopta la burguesía frente al orden establecido. 
Las características de la Ilustración son las siguientes: 
                                     Racionalismo
                                     Búsqueda de la felicidad
                                     Creencia en la bondad natural del hombre
                                     El  Optimismo
                                     El  Laicismo
El ideal de la Ilustración fue la naturaleza a través de la razón. En realidad no es más que el espíritu del Renacimiento llevado hasta sus últimas consecuencias, en manifiesta oposición con lo sobrenatural y lo tradicional.. El Ilustrado llegaba al amor al prójimo partiendo de la razón y no de la  Revelación.
La razón también podía llevarle a Dios creador del orden universal o bien en no creer en principio Supremo alguno. Por ello, la mayoría de los ilustrados eran deístas, aunque o sencillamente ateos. 
La Ilustración tomó el nombre de Enciclopedia en Francia y en los países latinos, y el de Aufklärung en las naciones germánicas.




                  EL RACIONALISMO


Sin duda, el vocablo más utilizado en  el siglo XVIII en literatura, filosofía y ciencia, es el de “racional”.. Los intelectuales de éste siglo dieron a su época en nombre de “siglo de las luces”, refiriéndose a las luces de la lógica, de la inteligencia, que debía iluminarlo todo.
Se da enorme importancia a la razón: el hombre puede comprenderlo todo a través de su inteligencia; sólo es real lo que puede ser entendido por la razón. Aquello que no sea racional debe ser rechazado como falso e inútil.
Este racionalismo llevó a la lucha contra las supersticiones, por eso en este siglo termina la denominada “caza y quema de brujas”.
En el campo de la religión, la postura racionalista hizo que apareciese el deísmo: la mayor parte de los ilustrados son deistas, que afirman la existencia de un Dios creador y justo, pero consideran que el hombre no puede entrar en contacto con la divinidad, y por tanto no sabe nada de ella.
De acuerdo con esto, los deistas rechazan las religiones  reveladas, pero al mismo tiempo practican la tolerancia religiosa, pues si todas las religiones valen lo mismo, todas deben ser permitidas.


        BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD


Se considera que la Naturaleza ha creado al hombre para que sea feliz. Pero de acuerdo con la mentalidad burguesa, esta felicidad para que sea auténtica debe basarse en la propiedad privada, la libertad y la igualdad.
Cuando los ilustrados citan la igualdad, no se refieren a la igualdad económica, sino a la política y legal: igualdad ante la ley.


                             EL  OPTIMISMO

El hombre del siglo XVIII piensa que la naturaleza es una especie de máquina perfecta que lo hace todo bien.; hay motivos, por tanto, para sentirse optimista. Por otro lado, se considera que la  historia supone la evolución progresiva de la humanidad, es decir, que el hombre con el transcurso de los siglos se va perfeccionando continuamente; así llegará el momento en que se logrará construir la sociedad perfecta, una especie de paraíso en la tierra.





                                EL  LAICISMO

La Ilustración es la primera cultura laica de la historia de Europa; cultura al margen del cristianismo, y en algunos aspectos anticristiana.. Esto tiene su explicación en cierto rechazo por parte de la Iglesia, de la forma de vida burguesa. La burguesía constituye una clase que, desde su aparición, vive del comercio, del préstamo con interés y del lucro. Todavía en el siglo XVIII nos encontramos con teólogos que consideraban al préstamo con interés como usura; con moralistas que seguían hablando de ganancias ilícitas y, con sacerdotes que predicaban que era más fácil salvarse a un hombre dedicado al ocio, que no al comerciante. 
Las virtudes cristianas son transformadas en virtudes laicas; los ilustrados nunca hablan de caridad (amor al prójimo por amor a Dios), sino que emplean la palabra filantropía (amor al hombre por el hombre mismo).El carácter no religioso de la Ilustración se nota también en las lecturas de la época: en el siglo XVII los libros que más se editaban eran  las vidas de santos y las obras de piedad; en cambio en el siglo XVIII las obras más editadas son de filosofía, ciencias naturales y apenas libros religiosos.  




Surgimiento del castellano


Las estimaciones glotocronológicas apuntan que la diversificación de latín empieza a ser notoria a partir del siglo III o IV d. C. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, el latín vulgar evoluciona progresivamente en toda la Europa latina diversificándose. En ese mismo siglo, se producen las invasiones bárbaras, lo cual va a permitir la incorporación al español de algunos vocablos germánicos, junto con los que ya habían entrado anteriormente en el latín vulgar. Destacan los relacionados con las contiendas como guerra (werra), o yelmo (helm). Algunos nombres propios también derivan de las lenguas germánicas; es el caso de Álvaro (de all -todo- y wars -prevenido-) o Fernando (de frithu -pacífico- y nanth -atrevido-). Las sucesivas transformaciones fonológicas y gramaticales llevarían a la emergencia de las lenguas romances como lenguas con dificultades para la inteligibilidad mutua entre el siglo VI y IX d. C. Dicha evolución va a originar la aparición de las diversas lenguas romances.
En el siglo VIII, la expansión musulmana en la Península Ibérica pone a las lenguas romances peninsulares bajo una fuerte influencia léxica del árabe (más de 4000 vocablos en español), apareciendo el mozárabe (un conjunto poco conocido de dialectos romances con cierta influencia del árabe, fue el idioma utilizado por los cristianos arabizados). El contacto con los árabes probablemente dotó al mozárabe de unas características que lo distinguen del resto de lenguas romances. Muchas palabras castellanas actuales provienen del árabe como álgebraalmohada,almirante (donde al- es artículo), aceite, o ajedrez.
En el Siglo IX, la influencia árabe tiene sus expresiones artísticas, con la aparición de Jarchas y otros textos medievales en mozárabe, muchas escritas en alfabeto árabe, en lugar del alfabeto latino.

Historia del idioma español


El español o castellano es una lengua romance, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo. Es la lengua oficial de España y la nacional de México, de las naciones de Sudamérica y Centroamérica —excepto Brasil, las Guayanas y Belice—, de las naciones caribeñas de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana, de la nación africana de Guinea Ecuatorial y goza de protección constitucional en el estado estadounidense de Nuevo México. Además, es oficial de varias organizaciones y tratados internacionales como la ONU, la Unión Europea, el TLCAN, la Unión Latina y la OEA ; cuenta con unos cuatrocientos cincuenta millones de hablantes, entre los que se incluyen los hispanos que viven en Estados Unidos de América y algunos cientos de miles de filipinos, así como los grupos nacionales saharauis y los habitantes de Belice, donde el idioma oficial es el inglés. Esta lengua también es llamada castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla.
La Historia del idioma español usualmente se remonta al período prerromano, ya que se considera que las lenguas prerromanas de la península ejercieron influencia en el latín hispánico que conferiría a las lenguas romances peninsulares varias de sus características. Desde un punto de vista estrictamente lingüístico se consideran tres estadios diferentes: español medieval, español medio y español moderno (los límites entre ellos son puramente convencionales, ver más adelante).

Historia externa de la lengua


La historia externa del español se refiere a la descripción cronológica de las influencias sociales, culturales, políticas e históricas que influyeron en los hechos lingüísticos. La historia externa contrasta con la historia interna (a veces llamada gramática histórica) del español, que se refiere a la descripción cronológica y la sucesión de cambios acaecidos dentro del propio sistema de la lengua.


Rosa Luxemburg

(Rosa Luxemburg o, por castellanización del apellido, Rosa Luxemburgo; Zamosc, Rutenia, 1870 - Berlín, 1919) Revolucionaria y teórica del socialismo alemán, de origen judío polaco. Hija de un comerciante de Varsovia, su brillante inteligencia le permitió estudiar a pesar de los prejuicios de la época y de la discriminación que las autoridades zaristas imponían en Polonia contra los judíos. Su militancia socialista le obligó a exiliarse desde los 18 años, refugiándose en Suiza, donde terminó sus estudios de Derecho, trabó contacto con revolucionarios exiliados y se unió a la dirección del joven Partido Socialdemócrata Polaco.

Rosa Luxemburg
Contraria a todo nacionalismo, en 1898 se trasladó a Alemania para unirse al poderoso Partido Socialdemócrata de aquel país (SPD) y participar en los debates teóricos que lo agitaban desde la muerte de Marx y Engels. Asociada con Kautsky, defendió la «ortodoxia» marxista frente al «revisionismo» de Bernstein e hizo aportaciones teóricas originales en torno al imperialismo y al derrumbe del capitalismo, que creía inevitable (La acumulación del capital, 1913).
Se distanció de Kautsky y de la mayoría del partido a medida que éstos se inclinaron hacia los métodos parlamentarios, pasando a ser reconocida como la líder principal del ala izquierda del SPD; pero también criticó a Lenin y su concepción centralista y autoritaria del partido de revolucionarios profesionales.
Junto con Karl Liebknecht encabezó las protestas de los socialistas de izquierda contra la Primera Guerra Mundial (1914-18) y contra la renuncia del SPD al internacionalismo pacifista; fue detenida por ello en 1915, pero continuó escribiendo desde la cárcel.
Fue ella quien puso las bases teóricas para la escisión de la Liga de los Espartaquistas (1918), transformada un año más tarde en Partido Comunista Alemán (KPD). En libertad desde la revolución de 1918 que hizo abdicar al emperador Guillermo II, lanzó junto con Liebknecht la Revolución espartaquista de 1919; y, como él, murió a manos de los militares encargados de su represión.